Epifanía de lo oculto.
Fotografía: Jordi Coll Martínez.
Textos: Samuel Reina Imedio.
Algo
siniestro hay en la imagen. Siempre hay un repelús en la primera
impresión que produce una fotografía, aparece algo ahí que no está
en lo que hemos visto. Las fotografías nos anuncian la muerte y nos
desvelan que ya está aquí; ahí , en lo fotografiado.
El
ojo vigila para cazar las sombras, les prepara trampas por si alguna
se deja atrapar por sus artimañas. Dispone su materiales.
Inicio
mi caza de sombras presentes , con pasos silenciosos que entrechocan
su zumbido por los pasillos. La vida parece haberse detenido aquí,
parada indiferencia y atenta desatención.
Camino
de nuevo, parándome si es preciso.Una luz pálida emana de las cosas
y me expone a la superficie del lugar.
Ante
mí tan solo se halla la dura solidez del espacio que me habla e
imita, que me impregna con su presencia latente. Porque las paredes
emiten vida y muerte. Quietud que inquieta, manchas que evidencian un
mundo que no se manifiesta, algo así como una epifanía de lo
oculto.
Pongo
mi mirada a soñar. Sueña con el ojo muy abierto pero luego lo
cierra y se marcha con la palidez lunar que el rocío de la luz
conforma.
Hay
frustración en el hecho fotográfico. Solo queda el lugar que cambia
de apariencia en las horas límite.
Puertas
y umbrales, el mundo se aviva imperceptiblemente(aunque algo que no
sé, me alegre en el alba y me aterre en el ocaso).
El
lugar se habita cada vez mas de ecos. Los ecos son sombras y las
sombras son ausencias; ausencias presentes. Un cementerio de sombras
por donde transito atolondrádamente en mi vigilia y que se descubre
como un lugar soñado. Un lugar soñado en el que ahora vivo, en el
que creo estar despierto. Durante el día el mundo volverá a
engañarme con su esquiva consistencia.
El
lugar se muestra como un pequeño templo de una religiosidad que no
tiene formulación. O sí. Seguiré obstinado. Obstinado en
perseguir un eco y un recuerdo, nunca un momento decisivo.
Más fotos de este lugar y de todas las demás entradas aquí.
Más fotos de este lugar y de todas las demás entradas aquí.
Quines fotos més guapes!
ResponderEliminarMoltes gràcies, molt amable.
ResponderEliminarBonito lugar y las fotos muy guapas
ResponderEliminarMuchas gracias Juanichi. Fue mi primer lugar no post-apocalíptico. jajajaja
ResponderEliminarMe gusta muchísimo más este procesado donde va a parar! Del texto sigo sin entender nada jaja.
ResponderEliminarSaludos.
Jajajajaja, muchas gracias Nacho. Creo que ya he encontrado mi estilo definitivo. Buscaba una textura cinematográfica y rollete vintage para las fotos de abandonos y creo que ya me planto.
EliminarBuen lugar!
ResponderEliminarY tanto!! Gracias.
ResponderEliminarMe ha encantado.
ResponderEliminar¡¡Saludos!!
Muchas gracias Ale!!
ResponderEliminarUno de los que más me gusta. Sin duda. Qué armonía de texto e imagen!
ResponderEliminarCuanta amabilidad!!
ResponderEliminarEste es un lugar para perderse en el durante horas,simplemente.En silencio,en soledad,empapandote de cada pequeño detalle,y de la energía que quedó impregnada en el.Lo he visto en varios blogs,pero sin duda vuestro reportaje y sus imágenes es el mejor.
ResponderEliminarMuchas gracias amiguit@. Desde luego, es un lugar espectacular, y cuando piensas como debió ser hace un tiempo...
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