Solo pude observaros.
Fotografía: Jordi Coll Martínez.
Textos: Sergi Inclán.
Yo nunca quise ser así.
Nunca quise convenceros, mentiros o vilipendiaros y así engatusaros
para que siguierais mis falacias. Nunca, repito nunca, quise que
dependierais de mí. Ahora sé, que ya no sois libres. Y mi mayor
angustia es pensar que yo fui el responsable.
Aquello fue una rutina
desde el principio. Podría haberse visto como un abuso sistemático
de mi ser. Pero aquellos a los que conocéis como Ellos
configuraron el sistema de tal manera que todos callabais ante mi
presencia. Os adentrabais en mí y lentamente convivisteis en la
ruina en la que me iba convirtiendo. No, no pretendo excusarme ahora.
Sobre lo que ha ocurrido soy igualmente responsable, pero yo no soy
vosotros. ¿Quién influyó en quien? Me resulta difícil saberlo. Yo
solo quise complaceros o al menos eso pensaba.
Permitidme deciros que
vosotros podías elegir, o al menos eso creía, y yo nací
predestinado a ser parte de su maquinaria. Posiblemente solo sea una
abominación creada por la mente de un maquiavélico y reprimido
Todopoderoso. Siempre quise pensar que mis padres fueron otros y que
realmente fui raptado para su causa. Personas que querían cambiar el
mundo y fomentar los valores por los que vale la pena luchar. Morir.
A estas alturas solo son
excusas, pero soy consciente de que pude ser muchas otras cosas. En
mi defensa diré que lo intenté e incluso que lo conseguí en
contadas ocasiones. Por desgracia el poder que yo podía ejercer era
incierto. Mis tácticas subversivas eran en vano. No, no pretendo
acusaros. Sé que la culpa en gran medida es mía, pero me duele
pensar que tenga la sensación que solo pudiese observaros.
Todo empezó con un
susurro. Mucho antes de que yo apareciera ante vosotros. No es que
antes no existiera la palabra e incluso las contradictorias verdades.
También la mentira, esa que camina de puntillas a lo largo del
tiempo dejando la huella de un imponente elefante. Y que tantas veces
terminó escrita. Pero tras numerosos textos, fue aquel susurro el
que dio lugar al misterio y a la adulación de lo efímero.
Aquel que engancha cual
droga incierta capaz de transportarte a cualquiera de los mundos
posibles o por imaginar. Fue el poder que trajo consigo lo que
arrancó el engranaje. La posibilidad de atraer a la causa al mayor
número de personas. Estabais sobreexcitados y esto era solo el
principio. Pero por aquel entonces, aquello que estaba ocurriendo era
todavía un susurro.
Fui su mejor arma hasta
que líderes más preparados me sucedieran como la marioneta madre
que fui. Al final terminé arrinconado en el olvido. Pero durante
años me escuchasteis y yo os di todo lo que creíais necesitar.
Reconozco que esto me proporcionó una fuerza jamás vista antes. Os
proporcioné sueños, aventuras, compañía, en algunos casos le di
sentido a vuestra vida... os marqué los caminos. Os abrí al mundo.
Mi celda era de cristal.
Un golpe, un solo crujir hubiera revertido el proceso. A mi pesar,
aunque grité por dentro, no era fácil traspasar aquellos vidriosos
ojos. Fui vuestro guía por mucho tiempo. Me seguisteis. Y yo os abrí
a un mundo. Sí, a un único mundo.
Curiosamente Ellos
se mantuvieron siempre al margen. Por eso son Ellos. Sin más.
Sin apellidos que mostrar. Por este motivo ahora soy yo quien está
aquí sentado. Postrado ante vosotros y no... Ellos. No
pretendo eliminar mi culpa. Tampoco puedo ya enmendar mis errores. Ya
no me siento responsable. Han sido muchos años de irradiación a la
que habéis estado expuestos. Estoy viejo. Soy una ruina que bambolea
en vuestros recuerdos. Me siento usado y tirado. Juzgadme y acabad
conmigo. Ya no me necesitáis. Solo recordaros que si establecéis mi
sentencia deberíais daros prisa. Pues ahora son otros quienes ocupan
mi espacio. Son muchos y mucho más preparados. Y a diferencia de mí,
ellos van a por vosotros.
¿Qué cual es mi delito?
Haber arrancado vuestros ojos. Haber punzado vuestros oídos. Haber
truncado vuestros cerebros. No es poco, lo reconozco, pero nunca, y
repito nunca, quise que dependierais de mí. Solo permitidme un
último suspiro. Quizás aún quede alguien que pueda reconocerme que
posiblemente aun habiéndome convertido en vuestro guía, alguno de
vosotros todavía sabrá ver, que yo solo pude observaros.
Fotaza la séptima y pedazo de texto en este reportaje, este si lo he entendido jajaja.
ResponderEliminarUn saludo.
jajajajaja gracias crack! A mi la que más me gusta es la quinta.
EliminarPedazo de texto, me encanta cuando visito vuestras webs y me topo con algún relato de este calibre. Las fotos son geniales y me alegra ver que el lugar sigue como cuando me lo encontré, bueno mas o menos... Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias compi!!!
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